EL MILAGRO
DEL LENGUAJE
El ser humano es un ser
social por naturaleza: nuestra evolución y desarrollo, tanto físico como
psicológico, mental y espiritual va de la mano de la vida en sociedad.
Vivir en sociedad sin
más, unos junto a otros, nos aporta las ventajas del grupo, de la manada: mejor
protección y seguridad, más capacidad de adquirir alimentos y de asegurar la
reproducción de la especie; en síntesis: mayor capacidad de supervivencia. Pero
para que haya verdaderos factores culturales que provoquen un cambio profundo
basado en el mejor aprovechamiento de las capacidades y recursos del grupo, en
lo individual y, a la vez, en lo colectivo, es necesaria la “organización”: una sociedad organizada,
estructurada, donde hay un sistema de valores que establece una jerarquía que
va de la mano de un reparto de funciones, lo cual permite establecer unos
objetivos diferentes, pero complementarios, a alcanzar por parte de cada grupo
que compone la sociedad organizada; surge así la especialización y el
compartir, base del desarrollo y progreso de la humanidad.
SABER HABLAR
En mi artículo anterior
traté de la importancia del lenguaje hablado en la evolución individual y
colectiva de la Humanidad, a través de la sociedad organizada, que permite
trabajar en equipo y con equipos con funciones diferentes, pero todas
complementarias entre sí. ¿Cuál es el problema? Hablemos claro: una cosa es
hablar, otra conversar y otra muy diferente dialogar.
Nosotros hoy las usamos
para expresar lo mismo, pero no es así.
HABLAR,
CONVERSAR Y DIALOGAR NO SON LO MISMO
Nos vamos a referir a
las relaciones entre seres humanos fuera del marco del lenguaje
técnico-cotidiano necesario para trabajar y para atender las necesidades físicas,
o sea: a las que solemos emplear en nuestro tiempo libre.
Lo que establece la
diferencia entre estas tres formas de comunicación es el ESCUCHAR.
Para saber
hablar, primero hay que aprender a escuchar. Y no es lo mismo “oír” que “escuchar”.
Oír es algo pasivo:
simplemente callamos, pero no prestamos atención a lo que nos dicen y, la
mayoría de las veces, ni siquiera a quien nos está hablando; ponemos cara de
interesados, de “póquer” o de desgana, según los casos, pero no hay una actitud
activa, de voluntad, de real interés por lo que nos dicen. La escucha siempre
es activa, trata de contactar con el sentido de las palabras y sentimientos del
otro.
Al escuchar aprendemos y
vamos dando forma a nuestro carácter: empezamos a definir nuestros sueños, lo
que queremos ser y hacer con nuestra vida. Si nos quedamos solo con el
conversar, podremos tener grandes conocimientos y/o ser seres muy sociables y
queridos, pero seremos incompletos, pues nos falta el conversar con nosotros
mismos, con nuestro yo interior, que es lo más difícil.
SABER
ESCUCHAR
Un breve resumen de lo
que hemos tratado hasta ahora:
– No sabemos cuándo la
humanidad empezó a hablar, pero sí que hay una “gramática universal” y que
todos, de pequeños, estamos preparados para aprender cualquier lengua, aunque
de mayores ya nos resulte más difícil.
– No es lo mismo hablar,
conversar y dialogar, aunque hoy sean sinónimos. Hablar es el parloteo sin
sentido; conversar es compartir ideas y escuchar al otro; dialogar es
desarrollar el lenguaje del alma, la búsqueda filosófica: hablar y escuchar de
corazón a corazón.
– Y La importancia de
saber escuchar para salir del parloteo y mejorar nuestra capacidad de
conversar, dando los pasos que nos lleven al lenguaje del alma, al diálogo
socrático, que busca romper todos los límites que aprisionan a nuestro ser
interior.
¿POR QUE ES TAN IMPORTANTE ESCUCHAR
BIEN?
Diferentes estudios realizados sobre cómo empleamos
nuestro tiempo, fuera del sueño, indican que dedicamos el 20% del tiempo a leer
y escribir, el 25% a hablar ¡y el 55% a
¿escuchar?!
Y hay una gran
diferencia entre OÍR y ESCUCHAR:
– OÍR: es no prestar
verdadera atención, es simple captación de una sucesión de sonidos; una actitud
pasiva.
– ESCUCHAR: es más que
oír con paciencia a los demás; es interpretar y entender lo que alguien dice,
es descubrir el sentido que las palabras encierran; es un comportamiento activo
que supone acercamiento y acogimiento a la persona comunicante, y aun de
interesarse en lo que de verdad importa al otro; es una actitud activa y
consciente.
FUENTE: http://filosofia.nueva-acropolis.es/2011/el-arte-de-car-y-dialogar/onvers
El saber comunicarnos es lo mas importante que debemos tener para una relacion interpersonal y laboral, un ambiente laboral no lo proporciona la compañia, pero debemos tener en cuenta que Nosotros hacemos parte de la misma . !!
ResponderEliminarArnold Mondragon