lunes, 12 de octubre de 2015
domingo, 11 de octubre de 2015
MECANISMOS ALTERNATIVOS DE SOLUCION DE CONFLICTOS
14:34
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MECANISMOS ALTERNATIVOS DE SOLUCION DE CONFLICTOS
Estamos en un país, donde
los conflictos que suceden a diario sobrepasan el promedio normal de cualquier
tipo de sociedad, se hace necesaria la existencia de un poder judicial
eficiente.
Lo que hemos visto que es en
Colombia el sistema judicial no es del todo eficiente por múltiples motivos,
uno de ellos y el principal es el número de conflictos que llegan a los estados
judiciales generando congestión de trabajo con la que cuentan nuestros jueces y
magistrados.
Existen MECANISMOS ALTERNATIVOS DE SOLUCION DE
CONFLICTOS. Dicho fortalecimiento ha consistido en la creación de una
legislación acorde y atractiva para que los particulares utilicen dichos
métodos.
1.
El arbitramiento es
un mecanismo por el cual las partes involucradas en un conflicto de carácter transigible,
difieren su solución a un tribunal
arbitral.
2.
La amigable
composición es un
mecanismo de solución de conflictos por medio del cual dos o más particulares
delegan a un tercero denominado amigable componedor.
3.
Mediación es
un método por el cual se busca resolver un conflicto con una persona neutral, llamada,
mediador el cual busca que haya una gana gana entre las partes.
4.
Conciliación es
uno de los más comunes de todos a la solución de conflictos, es el medio por el
cual las partes pretenden llegar a un acuerdo frente a cada una de sus
controversias, teniendo en cuenta que los conflictos sean susceptibles de transacción,
prescritos por la ley.
13:26
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Qué
hace una persona que responde de modo adecuado ante un conflicto
·
Tiene en
cuenta las necesidades del otro tanto como las suyas.
·
Sus
reacciones son calmadas y sus emociones no son intensas ni descontroladas.
·
Trata a
la otra persona con respeto, evitando comentarios que puedan herirle.
·
Tiene una
mayor disposición a perdonar y
a olvidar el pasado sin guardar resentimiento.
·
Intenta
afrontar el problema sin huir y buscar soluciones que tengan en cuenta las
necesidades de todos los implicados.
Cuando
una persona tiene miedo al conflicto, tiende a evitarlo, pero eso no hace que
desaparezca, sino que permanece ahí, sumergido, dañando la relación. En una
pareja, por ejemplo, puede suceder que uno de los dos (o ambos) critique al
otro por cosas que realmente no tienen importancia, como su modo de poner la
mesa. Lo que sucede en este caso es que el verdadero conflicto, es decir, lo
que realmente te está haciendo sentir mal permanece oculto, sin hablarse, bien
porque le tienes miedo al
conflicto o bien porque cada vez que lo intentas tu pareja lo evita, o bien
porque intentar hablarle solo trae discusiones que no van a ninguna parte.
Es decir,
hay un estancamiento del conflicto, que permanece sin solución. En estos casos,
lo mejor es que ambos habléis con una tercera persona que tome parte en la
resolución del problema y os ayude, ya sea un amigo o familiar, o bien un
psicólogo. En algunos casos puede bastar una única sesión con un psicólogo para
resolver un problema que, de seguir sin afrontarse, podría hacer peligrar el
futuro de la relación. Una tercera persona puede ayudar a poner las cartas
sobre la mesa sin que se descontrole la situación y llegar a la raíz del
verdadero problema.
La
importancia
del lenguaje no verbal
Tendrás
más éxito para resolver conflictos si prestas atención al lenguaje no verbal de
la otra persona y tratas de ver cómo se está sintiendo y de entender por qué.
¿Está percibiendo el conflicto como una amenaza? ¿Está a la defensiva porque se
siente atacada y despreciada? ¿Está teniendo reacciones exageradas porque tiene miedo al conflicto? Y, por supuesto,
observa también tus propias reacciones y, si ves que no reaccionas de un modo
adecuado, pregúntate que está pasando. Siempre puedes optar por decir:
"Preferiría que lo habláramos mañana, ahora me siento demasiado nervioso
como para tratar este tema con calma", y así poder centrarte y pensar con
tranquilidad.
viernes, 2 de octubre de 2015
CUENTO DE LA TORTUGA
15:19
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SOLUCION DE CONFLICTOS
CUENTO
LA TORTUGA
Esta es la historia de una pequeña tortuga a la que le gustaba jugar a solas y con sus amigos. También le gustaba mucho ver la televisión y jugar en la calle, pero no parecía pasárselo muy bien en la escuela.
A esa tortuga le resultaba muy difícil permanecer sentada escuchando a su maestro. Cuando sus compañeros y compañeras de clase le quitaban el lapizo la empujaban, nuestra tortuguita se enfadaba tanto que no tardaba en pelearse o en insultarles hasta el punto de que luego la excluían de sus juegos.
La tortuguita estaba muy molesta. Estaba furiosa, confundida y triste porque no podía controlarse y no sabía cómo resolver el problema. Cierto día se encontró con una vieja tortuga sabía que tenía trescientos años y vivía al otro lado del pueblo. Entonces le preguntó:
-¿Qué es lo que puedo hacer? La escuela no me gusta. No puedo portarme bien y, por más que lo intento, nunca lo consigo.
Entonces la anciana tortuga le respondió:
-La solución a este problema está en ti misma. Cuando te sientas muy contrariada o enfadada y no puedas controlarte, métete dentro de tu caparazón (encerrar una mano en el puño de la otra y ocultando el pulgar como si fuera la cabeza de una tortuga replegándose en su concha). Ahí dentro podrás calmarte.
Cuando yo me escondo en mi caparazón hago tres cosas:
En primer lugar, me digo – Alto - luego respiro profundamente una o más veces si así lo necesito y, por último, me digo a mi misma cuál es el problema.
A continuación las dos practicaron juntas varias veces hasta que nuestra tortuga dijo que estaba deseando que llegara el momento de volver a clase para probar su eficacia.
Al día siguiente, la tortuguita estaba en clase cuando otro niño empezó a molestarla y, apenas comenzó a sentir el surgimiento de la ira en su interior, que sus manos empezaban a calentarse y que se aceleraba el ritmo de su corazón, recordó lo que le había dicho su vieja amiga, se replegó en su interior, donde podía estar tranquila sin que nadie la molestase y pensó en lo que tenía que hacer. Después de respirar profundamente varias veces, salió nuevamente de su caparazón y vio que su maestro estaba sonriéndole.
Nuestra tortuga practicó una y otra vez. A veces lo conseguía y otras no, pero, poco a poco, el hecho de replegarse dentro de su concha fue ayudándole a controlarse. Ahora que ya ha aprendido tiene más amigos y amigas y disfruta mucho yendo a la escuela
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